martes, 14 de septiembre de 2010

Gracias por el fuego, Mario Benedetti

Es mi primer mensaje y espero que no sea el último...
Es para recomendar "Gracias por el fuego" de Mario Benedetti.
Es mi primer contacto con este autor, siempre preferí a otros, como Dumas que he leído muchas de sus obras, o el mismo García Márquez o Julio Verne, siempre por un motivo u otro no lo leía.

Cuando encontré el libro en Soriana simplemente lo compre, después de leerlo descubrí que una joya valiosa sí puede costar 60 pesos, que fue lo que pagué por él. Estaba al lado de la basura de Dan Brown que es carísima.



En general es un libro que por el estilo de Benedetti se lee muy rápido, los personajes son de carne y hueso, nada extraordinarios, excepto Edmundo Budiño, padre del personaje central Ramón Budiño.
La de Ramón Budiño es una tragedia, no como las de Sófocles, sino una con la que muchos nos podemos identificar.
Durante gran parte de la historia Ramón no sabe qué hacer, no es un hombre de decisión, siempre se le siente como alguien que cambia cualquier determinación propia ante la negativa de un tercero. Finalmente para "redimirse de sus culpas" toma una decisión: matar a su padre, uno de los hombres más poderosos y corruptos de Uruguay.  Mientras se acerca al punto en que tiene que llevar a cabo su plan se sume a sí mismo en una batalla moral que a mí personalmente me terminó por enredar también. Es la clásica batalla entre el bien y el mal, pero Ramón justifica por todos los medios el asesinato de su padre como un acto de amor.  Este párrafo, que (como es mi mala costumbre) marqué sobre la hoja, es retrato fiel de esa batalla interna:

"Tengo que matarlo para recuperarme a mí mismo, para hacer de una vez por todas algo generoso, algo desprovisto de falso orgullo, de cálculo mezquino. Tengo que matarlo por el bien de todos, incluso por su bien. Serena, despiadada, conscientemente, debo preparar esta invasión de mi tranquila justicia sobre su crimen imperfecto. Para que el país tenga un descanso, para que yo tenga un descanso. Cerrar de un portazo la última ignominia. Y que todo se vuele: los papeles y los papelones, las condecoraciones y los prestigios, las mayúsculas y la oratoria. Con tanta hojarasca no sabemos de qué color es el suelo, donde están los pozos, donde el hormiguero, dónde el trébol de cuatro hojas, dónde la arena movediza. Tierra firme, por favor. Tengo que matarlo. Él es el asesino, no yo. Él es el asesino que arma mi mano, que no me deja escapatoria, que me obliga a salvarme, a no ser corrompido. Más exactamente, él es el suicida."

Si quieren saber si mata o no mata al padre, lean el libro. Es altamente recomendable.

Acá dejo un PDF de donde lo pueden tomar completo, si es que les gustan los formatos electrónicos, que para mi lo único bueno de ellos es que se ahorra papel y se cortan menos árboles, por lo demás, no les encuentro utilidad alguna.

Acá la liga para el e-book
http://www.librosgratisweb.com/pdf/benedetti-mario/gracias-por-el-fuego.pdf